Si Mbappé se ha quedado finalmente este verano en el París Saint-Germain después de que Al-Khelaifi asegurara en el arranque del mercado de fichajes que Kylian no seguiría en el club el 1 de septiembre sin haber renovado, buena parte de culpa la pueden tener Catar y Arabia Saudí.

La continuidad del punta francés y una hipotética salida como jugador libre -es decir, gratis-, supondría un enorme perjuicio económico para el club en términos de 'fair play financiero', pero en París han hallado la solución para hacer 'colchón' económico.

Y esa solución ha llegado desde el Golfo Pérsico. Clubes cataríes y saudíes han pagado auténticas millonadas por descartes de Luis Enrique que han permitido al club hacerse con los servicios de jugadores como Kolo Muani o Gonçalo Ramos, además de liberar masa salarial con salidas como la de Leo Messi o Sergio Ramos.

El caso de Catar es, cuando menos, curioso. El primo del Emir del PSG es el dueño del Al-Arabi, que ha fichado a Verratti por 50 millones de euros y a Diallo por 15. Todo queda en familia.

Además, el Al-Ahli catarí está a punto de hacerse con los servicios de Draxler, futbolista alemán que el pasado curso apenas jugó estando cedido en el Benfica portugués. 20 millones de euros van a abonar al club galo por el teutón.

Desde Arabia Saudí, el Al-Hilal puso 90 millones de euros por un Neymar que llevaba meses sin jugar y que ha reaparecido antes con su selección que con su nuevo club, con el que todavía no ha debutado.

A su venta hay que añadirle la de Wijnaldum al Al-Ettifaq de Gerrard por 10 millones de euros. En total, 180 millones de 'petrodólares' provenientes del Golfo Pérsico para sanear las cuentas del PSG. ¿Sospechoso? Sí. ¿Legal? La UEFA deberá decidirlo.