Eden Hazard puede ser, por fin, el fichaje que estaba llamado a ser hace dos temporadas. El jugador que debía ser al llegar al Real Madrid y que no ha podido cuajar entre lesiones y más lesiones. Ante el Alavés, en el primer partido del curso, fue el líder en el 1-4 final. Fue el mago. Fue el crack.

Fue el que se espera que sea. Participando. Pidiendo el cuero. Estando activo y moviéndose con frescura y decisión en el verde. Por la derecha primero, y por la izquierda después, el 7 dio esperanzas al madridismo.

Jugando con todos y, sobre todo, con Karim Benzema. Porque si en el primer acto llamó a la puerta en Mendizorroza, a los dos minutos del segundo la tiró por completo.

Fue en una acción en la que dejó un detalle de auténtico crack. En una acción por la derecha, se la dejó sutil con el tacón al francés para que Karim batiera a Pacheco y diera comienzo al triunfo.

No fue la única jugada que dejó el belga, que abandonó el césped sobre el minuto 65 para que entrase Vinicius. En esos casi 20 minutos desde el primer gol a su marcha al banco, Hazard se mostró participativo y buscando, y mucho a Benzema en los mejores minutos del Real Madrid en esta primera jornada.

El fútbol pasaba por sus botas, y eso a su confianza, tan importante como la propia calidad en el mundo del fútbol, le puede venir bien.

Tercera temporada de Hazard, y este bien puede, y bien debe, ser su curso en el Real Madrid.

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