Hace diez años su nombre era uno de los que más sonaban en Inglaterra. En la Premier League. En el Viejo Continente. Hace una década, Andy Carroll se salía en el Newcastle para, tras pagar el Liverpool más de 35 millones de euros, suplir a Fernando Torres cuando marchó al Chelsea. Desde ese momento, nada le ha salido al delantero.

A un delantero que, a día de hoy, está sin equipo y en el paro. Carroll, com 32 años, está ya en el final de una carrera en la que ha ido de mucho a prácticamente nada. Y es que de ser internacional incluso con Inglaterra, marcando dos goles en nueve partidos, ha pasado a ser un trotamundos que tampoco ha convencido al Newcastle en su nueva aventura en St. James Park.

Ahora, en 'The Athletic', se sincera: "Pensé que acabaría mi carrera en el Newcastle, y que sería yo durante cuatro o cinco años... pero no ha sido así".

"Honestamente, fue muy duro para mí el no jugar cuando pensé que podría marcar la diferencia", cuenta.

Carroll tan solo piensa en jugar por sus hijos: "Piensan que voy a fichar por el Barça o el Manchester City... pero todos sabemos que no ocurrirá".

"Quiero jugar delante de ellos y ganar partidos. Es lo que quiero hacer. Mi pasión sigue ahí, no se ha ido ni un poco", cuenta Carroll.