El Sporting de Portugal aseguró su plaza para la Liga Europa al vencer por 3-1 al Olympiacos, un resultado que también le permite seguir soñando con un ansiado pase a octavos de la Liga de Campeones.
El holandés Bas Dost, con doblete, y el brasileño Bruno César sentenciaron un encuentro al que los "leones" de Lisboa acudían sabedores de que les valía la victoria o el empate para garantizar su sitio en la Liga Europa, pero no así para mantenerse con opciones reales en Champions, el gran objetivo del conjunto.
Con la cuentas hechas, los de Jorge Jesús dejaron claro desde el principio que iban a por todas ante el Olympiacos, que quiso hacer una exhibición de defensa. El primer aviso llegó en el minuto 2, por obra de André Pinto, que mostró mejores intenciones que puntería y dio en el palo.
Los verdiblancos siguieron acercándose peligrosamente a la portería griega durante toda la primera parte, aunque la verdadera fiesta leonina solo se desató al filo del descanso. Bas Dost, en el minuto 40 gracias a un pase de Gelson Martins, y Bruno César, en el 43, tirando primero desde fuera de área y aprovechando después el remate para marcar, dieron un baño de tranquilidad a los aficionados y un ansia mayor de defensa a los griegos.
Pese a los intentos, el peligro regresó para el Olympiacos con un cabezazo de André Pinto en el 56, aunque fue de nuevo Bas Dost quien concretó con un remate a un saque de esquina favorable a los "leones" en el 66.
Mathieu y Bruno Fernandes también tuvieron ocasiones que no sumaron en el marcador más por mala puntería que por el trabajo de los defensas rivales, que no aflojaron sin embargo la intensidad hasta el final del encuentro.
Mientras, el Olympiacos encontró hueco y Odjidja-Ofoe pudo marcar en el 86 un tanto algo confuso que obligó al cuerpo técnico a consultar y que estuvo a punto de ser anulado, lo que generó tensiones en la banda entre el jugador griego y Rui Patrício.
La victoria, sin embargo, era ya indiscutible para los leones, que emplearon los últimos minutos del encuentro en mantener el balón en el área rival y evitar mayores peligros, o replegándose en su banda para intercambiar papeles y ser ellos, al borde del minuto 90, quienes se convertían en una barrera inexpugnable.