El Lleida, mítico equipo catalán que militó en Primera en los años 90, se enfrenta a una situación crítica. El equipo ilerdense está a punto de perder su propio estadio, el Camp d'Esports, por una decisión del ayuntamiento.
"La imagen dad por el equipo ha dañado la imagen de la ciudad", dicen Miquel Pueyo, alcalde de Lleida.
Mientras, la palabra que más se escucha en el seno de la plantilla, que entrena el mítico Gabri, ex del Barça, es la de "incertidumbre".
"Nos han dado un plazo de un mes... Vivimos un poco en esa incertidumbre cada día", dice el técnico de los ilerdenses.
El estadio, eso sí, está en unas condiciones lamentables, tal y como llevan denunciando hace tiempo los jugadores del club.
"Los últimos dos o tres partidos de casa no había personal sanitario ni de seguridad", dice Toni Vicente, uno de los capitanes del equipo.
Mientras, en la afición se ha instalado un sentimiento de resignación y de impotencia.