Seis finales. Seis títulos. Así se resume el palmarés del Sevilla FC en la Europa League. El mejor palmarés de cualquier club en esta competición, precisamente con tres títulos de ventaja sobre los inmediatos perseguidores (Inter de Milán, Juventus, Atlético de Madrid y Liverpool).

Un Siglo XXI de éxitos. De 2006, la primera, a 2020, la sexta. De Javi Navarro a Jesús Navas. Otro capitán sevillista que levanta al cielo este título.

Y la misión, en esta edición atípica por el coronavirus, era complicada. Muy complicada. Porque el Inter de Milán de Antonio Conte es uno de los equipos más poderosos del continente, con Romelu Lukaku y Lautaro Martínez como estandartes del ataque. El segundo, pretendido por el Barça, quedó encerrado entre la tela de araña sevillista.

En Colonia, sin público, la expedición sevillista, formada por unas 20 personas entre directivos, trabajadores y dos aficionados, se escuchaban los cánticos típicos del Ramón Sánchez-Pizjuán.

No se suelen ver finales así. Abiertas, con aproximaciones constantes. Y es que tanto Julen Lopetegui como Conte plantean sus partidos con la presión como principal arma.

Cuatro goles se vieron en la primera mitad y apenas se necesitaron tres minutos para ver el primer tanto. Romelu Lukaku cabalgaba veloz hacia la portería y Diego Carlos se resignó a agarrarle como último recurso. Penalti y transformación del belga.

Pero entonces llegó el momento de Luuk de Jong, tan criticado a lo largo de toda la temporada... y fundamental en esta Europa League. Dos cabezazos tras centros perfectos de Jesús Navas y Ever Banega, que jugó su último partido con la elástica sevillista, dieron la vuelta a la historia.

Pero, lo dicho, la final de esta edición de la Europa League no fue una final al uso. Y antes de la llegada del descanso el Inter volvió a poner las tablas. Un remate perfecto de Diego Godín, especialista en las finales, selló un 2-2 en el marcador.

Y fue Lukaku, el héroe de los italianos en la primera mitad, el que provocó el gol del Sevilla en una jugada que parecía mansa para el Sevilla. Diego Carlos firmó una chilena que se marchaba fuera de la portería... y el delantero colocó el pie para mandarla dentro.

A partir de ahí, con quince minutos por delante, la única obsesión era aguantar. Bono arruinó una cabalgada de Lukaku y Koundé sacó bajo palos un disparo de Alexis Sánchez.

El Sevilla aguantó. En su competición, en la Europa League, el sexto trofeo ya está aquí. Que no pare el idilio sevillista.