El método Quique Setién ya es una realidad en el Barcelona. Y no sólo en el terreno de juego, sino en la metodología de trabajo. La plantilla del Barça no ha dispuesto de ningún día de descanso desde que aterrizara el técnico cántabro. De hecho, durante la mañana del domingo, día en el que se celebraba el encuentro ante el Granada, los jugadores tuvieron que acudir a la Ciudad Deportiva para realizar una suave sesión.

Antes, con Ernesto Valverde a los mandos, eran habituales las jornadas de descanso tras los partidos. Con Setién eso ya es historia. De hecho, Valverde había planificado un día de fiesta para el pasado 15 de enero, pero fue cancelado por el nuevo staff. Y no es el único cambio que ha incluido el recién llegado cuerpo técnico. La exigencia física en los entrenamientos ha aumentado. El culpable es Eder Sarabia, segundo de Setién, siempre defensor de la intensidad tanto en los entrenamientos como en los partidos.

La presión de Riqui Puig

Estas nuevas medidas pudieron notarse en el estreno de Setién. El Barça presionó con las líneas mucho más adelantadas, tratando de recuperar la pelota siempre en campo contrario. El único y decisivo gol, obra de Leo Messi, llegó tras un esfuerzo en la presión del canterano Riqui Puig, que vuelve a contar con oportunidades tras el cambio de entrenador.

El Barcelona acudirá este miércoles (19 horas) a Ibiza para disputar los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, la primera ronda en la que aparecen los equipos que participan en la Champions. Setién revolucionará el once y, casi con total seguridad, volverá a dar oportunidades a los canteranos Ansu Fati y Riqui Puig. El día después del duelo, nada más regresar a la Ciudad Condal, el equipo volverá a ejercitarse para preparar el encuentro liguero ante el Valencia. Una nueva metodología ha llegado al Barcelona.