Una noche fría en Madrid, con un viento molesto y en un partido en el que apenas pasó nada. Lo peor para los aficionados del Metropolitano, que dormitaban en la grada mientras los suyos no lograban perforar la portería del Granada. No lo hicieron y el encuentro terminó en tablas.
Lo más destacable fue un posible penalti que no fue señalado sobre Antoine Griezmann. Ni la sangre que tenía el galo en su tobillo convenció a Gil Manzano, que no señaló la pena máxima.
Griezmann fue derribado en el área, se dolía de su tobillo. Reinildo, a su lado, intentaba que el colegiado viera la sangre. Pero le ignoró. También el VAR. Sí hubo dedo a la oreja, escuchando el videoarbitraje desde Las Rozas, pero no hubo penalti.
Cunha tuvo la más clara del Atleti. Disparó al palo casi al final del partido. La más clara... y casi la única. Griezmann había disparado cerquita de la portería granadina nada más volver de vestuarios.
El Atleti se atascó en casa ante un Granada que estrenaba entrenador, Aitor Karanka. Ha llegado el nuevo técnico con el objetivo de despertar al equipo andaluz, demasiado cerca del descenso a Segunda.
Este tropiezo podría provocar que el Real Madrid, en caso de ganar esta noche a Osasuna, pudiera proclamarse campeón incluso antes de visitar el feudo rojiblanco dentro de dos semanas. Aunque eso también depende de los resultados de Barça y Sevilla.