Ryan Giggs es uno de los muchos jugadores, o exjugadores, que se ha hecho un trasplante de pelo. El galés, que comenzó a quedarse calvo, o a tener calvas, hace ya 17 años, ha admitido en 'The Sun' el trauma que vivió por ver cómo se quedaba sin cabello.

"Me volví un poco paranoico. Cuando se televisaba el partido o cuando iba a llover pensaba 'ojalá pudiera no estar", reconoce.

Giggs tuvo como solución el cortarse el pelo más corto: "Sentía que cuanto más corto era más grueso se veía desde fuera".

El legendario futbolista del Manchester United confirma el día en que se percató de que estaba perdiendo pelo: "Fue después de un partido en Anfiled, en 2003. Marqué dos goles, entré al pub donde estaban mis compañeros y lo primero que escuché fue un 'estás perdiendo los rizos".

El galés lo achaca todo al estrés del fútbol: "Estás siempre bajo presión. eres consciente de qué significa perder un partido, siempre bajo el foco y expuesto a las críticas".

Después de alguna que otra pregunta y comentarios de la gente, Giggs lo ha confirmado: "Duró más o menos medio día. Antes te juzgaban más que ahora".