La Real Federación Española de Fútbol pagó casi 900.000 euros a Javier Enríquez Negreira y sus empresas entre 1999 y 2018. Así lo ha podido saber laSexta en un informe que la propia RFEF realizó, donde se desglosan los conceptos de dichos pagos por diferentes motivos.

En el informe se detalla que la función del que fuera número dos de los árbitros se limitaba a la formación de los colegiados de las tres divisiones más altas del fútbol español, una tarea que dejó de ocupar en julio de 2000. Desde entonces, su tarea pasó a ser la de la "mera comunicación formal" a los árbitros del grupo en el que se encontraban, "sin existir intervención alguna" en la clasificación arbitral.

Además, también asistía a las habituales concentraciones, matizando la RFEF su "nula participación", así como asistir a las reuniones semestrales de la Comisión Interterritorial y asistir como miembro del Comité Técnico de Árbitros a partidos señalados.

En el desglose de pagos a Enríquez Negreira se informa de cinco conceptos diferentes para la realización de los pagos, siendo uno de ellos 23.092 euros en viajes realizados entre 2004 y 2014.

También se abonó 325.706 euros a Soccercam, la empresa de Javier Enríquez Romero (hijo de Enríquez Negreira), entre 2006 y 2010, por la edición de vídeos para la formación arbitral y de seleccionadores de la RFEF.

A su vez, Enríquez Negreira recibió 162.632 euros por asistencia a las reuniones mencionadas anteriormente, además de otros 38.827 euros por asistencia a las concentraciones arbitrales.

Por último, la RFEF abonó 340.368 euros por gastos contables a Dasnil por la entrega efectiva de materiales de oficina, tales como carpetas, libros, bolígrafos, pins, llaveros, banderines o relojes, así como la elaboración de videos formativos para el colectivo arbitral y las selecciones federativas.

En total, la Federación pagó 890.626,57 euros a Enríquez Negreira y sus empresas entre 1999 y 2018.

Tuvieron que separarles

El tenso momento entre Miller y Morbidelli en Jerez: estuvieron cerca de llegar a las manos...

Miller y Morbidelli estuvieron cerca de terminar a golpes en Jerez. De no ser por los comisarios, que intervinieron rápido para separar a ambos pilotos, a saber cómo habría acabado todo.