Desde el pasado 26 de septiembre, Gareth Bale no había vuelto a pisar un terreno de juego. Un calvario de más de dos meses al que el 'Expreso de Cardiff' puso punto y final reapareciendo ante el Fuenlabarada. Una vuelta que además evitó un problema a Zidane.

Y es que el Fuenlabrada soñó durante más de una hora con igualar la eliminatoria y por qué no dar la gran campanada en el Bernabéu. Y es que el Fuenlabarada dejó helado el templo madridista cuando Milla adelantó a los visitantes. El gol llegó tras un lanzamiento lejano ante el que Keylor Navas pudo hacer algo más.

Muchos pensaron que tras ese gol el Real Madrid espabilaría, pero la segunda unidad del conjunto blanco es muy diferente este año a la de la temporada pasada. En noches así Zidane ya comienza a echar de menos a jugadores como Morata, Mariano o James.

Durante una hora de partido el Funelabrada soñó con lo imposible y solo el larguero impidó que el Cata Díaz igualara la elimnatoria.

Zidane no esperó más y dio entrada a Bale. El ingreso del galés fue un auténtico revulsivo para el Real Madrid y el final del Fuenlabrada. En el primer baló que tocó puso un centro teledirigido con el exterior para que Mayoral firmara el 1-1 en el segundo palo.

Sie eminutos después el propio Mayoral cazaba un rechace tras una acción de Bale para dar la vuelta al marcador y matar la elimnatoria.

El resto del partido ya fue un ejercicio de control por parte del Real Madrid, que dejó pasar los minutos ante un Fuenlabrada que se despidió de la Copa con una gran actuación.

Para el conjunto blanco lo mejor fue la clasificación para octavos y el regreso de Bale. Lo demás quedará en el ólvido de una fría noche de noviembre.