Sin Ousmane Dembélé, con un 4-4-2, el Barça volvió a ser contundente y a mandar el mensaje de que ante todo quiere LaLiga. Se llevó la victoria en el Benito Villamarín ante el Betis (0-2), sobre todo gracias a un Raphinha inspirado.

Con dos equipos que se sienten más cómodos en campo contrario, el partido no debía defraudar. La primera parte, aunque sin goles, fue fulgurante. Betis y Barça buscaban la portería rival. Los verdiblancos más con la velocidad, mientras que los de Xavi Hernández trataban de controlar el encuentro a través de la posesión. No era sencillo.

Pedri tuvo dos mano a mano y ambos terminaron de igual manera: Rui Silva evitó el tanto del canario. El colegiado anuló un gol de Raphinha por fuera de juego. El extremo, único acompañante de Lewandowski en el ataque, estaba en posición incorrecta.

En el otro área, Luiz Henrique disparó desviado en la más clara del Betis. Koundé rechazó un disparo de Canales con una acción defensiva de muchos quilates.

Tras el paso por vestuarios, el Barça logró que todo el juego se volcara en campo del Betis. Se hizo dueño y señor de la pelota y acorraló a los de Pellegrini. Rui Silva, de nuevo, evitó el tanto de Pedri en un disparo seco quizá algo centrado.

Raphinha reclamó hasta dos penaltis. Nada señaló el colegiado. Y fue el mismo brasileño el que adelantó al Barça en el marcador. Apareció en el segundo palo y definió a portería vacía a falta de 25 minutos para la conclusión. La jugada la inició Frenkie de Jong con un saque rápido en el centro del campo.

Lewandowski sentenció la noche en una jugada a balón parado. Cazó una pelota y no perdonó. Parecía la sentencia, pero el Betis a través de un error de Koundé acortó distancias en el 85. La contienda terminó con el 1-2 final. El Barça, tres puntos más y una victoria en una salida que se antojaba muy peligrosa en el campeonato doméstico.