El racismo vuelve a ensuciar el fútbol. En apenas un fin de semana, tres nuevos casos salpican el deporte español. El caso más flagrante tuvo lugar el pasado sábado, cuando en un encuentro entre el Sestao River y el Rayo Majadahonda, cuando un grupo de aficionados insultaron al portero del Rayo Majadahonda. El guardamenta Cheikh Sarr asegura que le llamaron "puto mono" y "puto negro de mierda", pero fue expulsado por enfrentarse a los insultos y el árbitro en ningún caso recogió las agresiones verbales.

El partido fue suspendido en el minuto 87 y los jugadores del Rayo Majadahonda aseguran que no van a jugar los minutos restantes. Además, el capitán y el presidente del club, junto al guardamenta, han presentado una denuncia ante comisaría por estos hechos.

Ahora, es el Comité de Competición, un órgano de la RFEF, el que tiene que decidir la sanción y qué ocurre con los minutos sin jugar; si bien por el momento la RFEF ya ha adelantado, en un comunicado, que "las cuestiones de índole disciplinaria" que se deriven del partido "se resolverán en base al acta del árbitro". Acta en la que no se recogen los insultos.

No ha sido el único caso de racismo en el fútbol este fin de semana. En el encuentro entre el Getafe y el Sevilla, varios aficionados insultaron al jugador Marcos Acuña, al que llamaron 'mono'. Tras las quejas del entrenador del Sevilla, Quique Sánchez Flores, otros aficionados trataron de increpar al 'míster' llamándole "gitano". Algo, ha dicho, de lo que se siente "orgulloso".

Esta nueva 'oleada' de casos ha vuelto a hacer estallar a Vinicius, que ha instado a través de la red social X a que los racistas salgan de los estadios "directos a la cárcel".

No obstante, a pesar de las denuncias, lo cierto es que pocas llegan a ser efectivas. De hecho, solo una ha llegado a juicio: la de los insultos racistas que sufrió Iñaki Williams en el estadio del Real Club Deportivo Espanyol en el año 2020. La Fiscalía pide 2 años de cárcel y 5.475 euros para un aficionado que lanzó esos gritos racistas.

Sin embargo, solo por los insultos a Vinicius se han abierto hasta 18 procedimientos distintos por denuncias por gritos racistas que ha sufrido en distintos campos de España; si bien la mayoría se han archivado y ninguna está en trámite de que se pueda celebrar el juicio.