Sin aficionados, ni el fútbol sería fútbol ni los futbolistas, en ocasiones, se creerían 'entes superiores' que nada deben al resto.

La llegada del Valencia CF a su hotel de concentración en Girona es la viva muestra de ello.

Un padre y sus dos hijos, uno con la camiseta del conjunto blanquinegro, esperaban la llegada del equipo 'ché' con la ilusión de hacerse alguna foto u obtener la firma de uno de sus ídolos... pero ninguno tuvo el detalle de pararse.

Con el equipo a un punto del descenso y atravesando uno de los peores momentos de su historia, ahí estaba la familia para apoyarles... pero el cariño no fue recíproco.

"Gracias a todos por vuestro cariño", reza el vídeo de la llegada del Valencia al hotel publicado por el propio equipo.