Hugo Mendes, presidente del Lusitania de Lourosa portugués, terminó muy enfadado tras la eliminación de sus chicos en la primera ronda de la Copa de Portugal. Y lo demostró.

Obligó a sus futbolistas, que juegan en tercera división, a volver andando desde el terreno de juego hasta la ciudad deportiva. Un castigo de cinco kilómetros que duró alrededor de una hora.

Pero tras hacerse virales las imágenes, Mendes defendió su decisión. "No fue un castigo", afirmó. Pero nadie ha creído estas palabras. De hecho, el sindicato de jugadores portugueses (SAFP) ha pedido explicaciones.

"El sindicato no espera del presidente del Lusitania de Lourosa menos que una disculpa inmediata a la plantilla por este lamentable episodio que no hace nada para dignificar al fútbol portugués", señalan en un comunicado.