Sonreía en rueda de prensa Carlo Ancelotti al pensar en quién jugaría por Karim Benzema. Sonreía y se mostraba confiado. Creía en su plan. Un plan que posiblemente en su cabeza saliera bien, pero que en El Clásico, en el Santiago Bernabéu, y con el Barça como rival, no tuvo ni mucho menos el resultad oque esperaba el italiano.

Porque es más que claro que Benzema es clave en el Real Madrid. Pero una cosa es eso y otra es lo que terminó sucediendo en el feudo madridista. Un 0-4, una goleada ante el máximo rival, duele. Escuece. Y todo tuvo su origen en decisiones de Ancelotti.

Sin Karim, el Real Madrid salió sin '9'. Esa posición fue para Modric, mientras que el 'puesto' de Benzema cayó en Fede Valverde. Un 4-4-2, para potenciar el mediocampo. No salió bien. El Barça, con tres, superó en presencia a Casemiro, Kroos y a los ya citados croata y uruguayo. Con Luka más arriba, se perdió la conexión entre la medular y el ataque.

Un planteamiento 'antinatural' para el Real Madrid

Y cuando había conexión se notaba que faltaba algo. Era... antinatural. Vinicius y Rodrygo estaban tirados a banda y nadie estaba en el centro. Nadie 'pivotaba', usando un término más baloncestístico. No había centro. No había enlace alguno.

Así era imposible. A pesar de algunas ocasiones aisladas, el Barça dominó en todas las acciones de juego y se fue 0-2 al descanso. Tras él, lo que pretendía ser solución fue todo lo contrario.

Porque Ancelotti decidió sacar del verde a Carvajal y a Kroos para dar entrada a Camavinga y a Mariano. Nadie descubrió quién estaba en el lateral derecho. Si había defensa de tres, de cuatro... Y es que a los 20 segundos del saque de centro casi llega el tercero.

Terminó llegando, y luego el cuarto, y el plan de 'Carletto' tras el descanso se vino tan abajo como el que quiso poner desde el minuto 1. Tocado deja esto a Ancelotti, al menos en cuanto a sus duelos con Xavi. Porque si el italiano fue la cruz, el catalán fue la cara.

Xavi sale fortalecido del Bernabéu

Le salió todo. Araújo, lateral, secó a Vinicius en los duelos que tuvieron ambos. Dembélé, que está rehabilitado, dos asistencias siendo el 'peor' en ataque. Aubameyang, espectacular.

Tácticamente, brillante. Presión en zona alta, buscando espacios y las zonas que atacar. En defensa, impecables. En el apartado ofensivo, aniquilando. Fueron cuatro gracias a Courtois, porque el belga salvó una goleada.