"Cuando al día siguiente comenzó todo llegué a entrenar y no podía ni hablar": así ha desvelado Andrey Yarmolenko que su familia viajó a Kiev un día antes de empezar la invasión de las tropas rusas.

Su hijo tenía una cita con el médico y hasta allí viajó su mujer: "Le pedí al entrenador que me dejara ir a casa y luego no sabía qué hacer...".

"Solo quería correr y darme cabezazos contra la pared. ¡Qué estúpido! Había enviado a mi familia a Kiev y yo estaba sentado en Londres", ha contado.

Afortunadamente la familia Yarmolenko ha conseguido escapar de Ucrania y ya está en Londres, aunque el drama en su país continúa con las bombas rusas.