El conflicto mundial que viven Rusia y Ucrania ha dejado varias consecuencias dentro del deporte. La última ha visto envueltos a dos equipos de fútbol, y no fue dentro de un terreno de juego donde se toparon.

El altercado ocurrió en la ciudad turca de Antalia, concretamente en el hotel Royal Seginus, donde se alojan estos días los jugadores del Shinnik ruso y el Minái ucraniano.

Según fuentes rusas, la pelea se originó en el momento en que los ucranianos obligaron a un futbolista ruso a cantar el himno de Ucrania, y después le agredieron en el ascensor.

Sin embargo, fuentes ucranianas detallan que todo vino por el comportamiento fuera de lugar de un jugador ruso que consumió demasiado alcohol e increpó al personal del hotel.

Los miembros del club y personal del hotel trataron de frenar la batalla campal a duras penas. Lo sorprendente de todo fue que el Minái pidió de manera expresa no hospedarse en el mismo hotel que los rusos, pero el terremoto que sacudió a Turquía produjo un giro en los acontecimientos y en la previsión.

Como consecuencia de este conflicto, el club ruso abandonó el hotel y se trasladaron a otro por motivos de seguridad.