El FC Barcelona deberá lograr su pase a los cuartos de final de la Champions League en un Camp Nou desértico. El conjunto azulgrana ha comunicado que se ha decidido que el encuentro correspondiente a los octavos entre el club de la Ciudad Condal y el Nápoles se juegue a puerta cerrada para prever una propagación mayor del coronavirus.

El denominado COVID-19 ya ha obligado a jugar a puerta cerrada el Valencia-Atalanta, el París Saint-Germain-Borussia Dortmund y el Getafe-Inter de Milán, además de suspender la Serie A en Italia o dejar sin público los estadios franceses hasta el 15 de abril.

De esta manera, el Barça-Nápoles del próximo 18 de marzo se jugará a puerta cerrada. El conjunto de Quique Setién logró llevarse de la ciudad italiana un 1-1 que perderá valor al no poder contar con la parroquia azulgrana para alentarles en el partido de vuelta de la eliminatoria.