Aspirar al cielo, sin miedo a nada, pues todo se podía ganar. Con esa mentalidad saltó al terreno de juego España, con un partido histórico, el más importante que ha jugado el combinado nacional femenino en su historia, ante la todopoderosa Estados Unidos.
Las claras favoritas eran las norteamericanas, lideradas por Alex Morgan y Rapinoe, los estandartes de Jill Ellis en su equipo. Aunque cualquier jugadora del equipo de Estados Unidos es temible.
Por España, las once elegidas por Jorge Vilda fueron Paños en portería, defensa de cuatro para Leila, Mapi León, Paredes y Corredera, centro del campo para Guijarro, Torrecilla y Losada y el ataque para Putellas, Lucía Guijarro y Jenni Hermoso.
Poco más se podía pedir a un encuentro en lo que seguro que haría España, como reza su lema, era jugar, luchar... y sólo quedaba esperar si se cumplía el sueño de ganar. Por ganas no iba a ser, por ilusión tampoco.
El partido comenzó con intensidad por parte de España, siendo Patri Guijarro la primera jugadora en probar suerte desde la frontal del área en un disparo que golpeó en Sauerbrunn. Sin embargo, el primer golpe lo asestaría Estados Unidos.
Mapi León pisó a Heath en el área y Rapinoe convirtió desde el punto fatídico. Lo normal para otro equipo habría sido bajar los brazos, lo normal habría sido ceder y ver los goles entrar uno detrás de otro. Pero este equipo no es normal.
Jenni Hermoso, la goleadora inagotable de España, marcó un gran gol tras un error en la salida de balón de Estados Unidos, siendo la primera jugadora capaz de marcar al equipo imbatible. La locura llegó al banquillo español, un gol importantísimo que llegó en el momento justo.
La primera parte fue un toma y daca, un partido de tú a tú entre una Estados Unidos que encontraba un hueco claro para disparar y una España que aguantaba pacientemente hasta que la oportunidad apareciese.
La peor noticia llegó por parte de Vicky Losada, que se fue del terreno de juego llorando tras recibir un golpe que le dejó el ojo morado. Nahikari García entró en su lugar. El resto de la primera parte se dividió entre una gran parada de Paños y una ocasión de Patri Guijarro que pudo acabar en gol.
La segunda parte mantuvo la tónica de la primera, una Estados Unidos que intentaba pero no acababa de encontrar el hueco y una España que contaba con menos ocasiones que en la primera mitad. Lavelle tuvo una ocasión clarísima para Estados Unidos, mientras que Patri Guijarro, con un centro-chut, llevó el peligro a la portería de Naeher.
La acción polémica del partido llegó en el minuto 70 de partido. La colegiada húngara no dudó en señalar penalti de Virgina sobre Lavelle, una discutida acción que tuvo que revisar largo y tendido en el VAR. Finalmente, Rapinoe ejecutó la pena máxima con idéntico resultado que el primero, gol de Estados Unidos.
Las jugadoras de la Selección no daban crédito, un jarro de agua fría que parecía dilapidar sus opciones de manera casi definitiva. El sueño de los cuartos y de eliminar a Estados Unidos estaba más lejos que nunca.
Vilda quemó sus dos últimos cambios, metiendo a Falcón por Putellas y a Mariona por una lesionada por Virginia Torrecilla. Pese a intentarlo hasta el final, las jugadoras de la selección española no consiguieron el ansiado gol y vieron acabado su Mundial.
Pese a todo, no se podía hacer otra cosa que aplaudir el esfuerzo de unas campeonas que plantaron cara a Estados Unidos hasta el final, que hicieron dudar a las autoproclamadas mejores jugadoras del planeta. No cabía otra opción que salir con la cabeza arriba de un partido que marcará un antes y un después en la historia del fútbol femenino en España.