La Roma lo tiene muy difícil en la fase de grupos de la Europa League. Su empate a uno en Ginebra ante el Servette les deja a dos puntos del líder, el Slavia de Praga, que depende de sí para estar en octavos.

El segundo, en este caso el conjunto italiano (que recibe al Sheriff moldavo), tendría que jugar otro partido en los dieciseisavos de final, lo que complica sus opciones.

Tras el partido, José Mourinho criticó la actitud de sus jugadores: "Hay muchos que están en el banquillo y entran en la Serie A con una gran actitud, pero luego en la Europa League parecen vagos y no mejoran su juego".

A pesar de su pobre rendimiento, el luso no podrá prescindir de ellos como, según él, sí puede hacer Pep Guardiola con la todopoderosa plantilla que tiene en el Manchester City.

"¿Pagarán por ello? Guardiola puede hacerlo. Si no está contento con uno, se despide, le da una patada y elige otro. No puedo hacer eso aquí. Sólo puedo intentar presionarlos todos los días en los entrenamientos, para sacar lo mejor de ellos", señaló.

"Lo único que siento es que no haya una cámara filmándome en el descanso, en los partidos fuera de casa, cuando ganamos 1-0. La actitud de los jugadores es superficial a la hora de dar un paso adelante", zanjó.