No pudo resistir el Espanyol los seis minutos de descuento. No pudo mantener el 2-1 ante el Barça, ni dejar los tres puntos en casa. El cuadro perico vio cómo, con diez al igual que su rival, Luuk de Jong volvía a convertirse en el héroe, inesperado héroe, de Xavi para salvar al menos un punto en el derbi barcelonés.
Fue prácticamente lo último que pasó en el partido. Adama Traoré, que ha caído completamente de pie en el Barcelona, la puso con la derecha con rosca perfecta para que De Jong se elevara por el cielo de la Ciudad Condal entre una nutrida zaga perica para, con la testa, poner el 2-2 en el luminoso en Cornellá.
Corría el minuto 96. Era, básicamente, el último minuto de partido. Fue ahí cuando el Barça o bien salvó un punto o bien no perdió los tres que estaban en liza en el derbi catalán.
De nuevo fue el neerlandés. No fue titular. Entró en el 88. Era la última bala de Xavi. De nuevo, la bala que resultó fundamental como en otros no pocos partidos en los que el de Terrasa ha estado en el banquillo.
El partido tuvo de todo, pues nada más comenzar el Barça se adelantó gracias a Pedri. Ni dos minutos se llevaban, pero el Espanyol no se rindió y dio la vuelta al marcador.
Marcaron Darder y Raúl de Tomás para poner el 2-1. Un 2-1 con el que se vivieron y se vieron las dos expulsiones que dejaron a ambos equipos con diez. Melamed y Piqué se enzarzaron, y se fueron a la caseta.
Un punto para ambos equipos en un derbi intenso y vibrante que acabó en empate. Que acabó con los dos descontentos.