El Real Madrid pasó por encima del Valencia en el Alfredo di Stefano. Lo hizo gracias a un partido muy completo que dejó a Karim Benzema y a Toni Kroos como goleadores... pero en ese 2-0 hubo algo más importante que los tantos. Fue, precisamente, el gran partido que hicieron tanto el alemán como Luka Modric para controlar el mediocampo.

Porque el germano vio recompensado su encuentro con gol. Un encuentro en el que, tras perderse el partido ante el Getafe por cumplir ciclo de amonestaciones, fue el líder de la medular junto a Modric.

Puso el ritmo, los pases, la clase y abarcó espacio tanto en defensa como en ataque. Anotó su segundo tanto, después de esos ya míticos pases a la red desde la frontal del área para batir a Jaume Domenech.

El pase fue de Lucas Vázquez, que entró por Carvajal. Y en la jugada intervino Luka Modric. El croata, de 35 años, está como si tuviera 23 en el plano físico y en plena madurez futbolística.

Estuvo donde debía estar, y cuando tocaba el cuero ponía criterio y sencillez. Sencillez que no está reñida con la calidad y que, de hecho, muchas veces se agradece.

Es el metrónomo del Real Madrid. Desde el mediocampo dirige, asiste y además llega, como hizo en el primer acto con un buen zurdazo que puso en muchos apuros a Jaume.

Con todo controlado, dejó el verde en el 78 para dar entrada a Isco.

Tres puntos más en la mochila del Real Madrid y un partido catedralicio de Luka Modric y de Toni Kroos. La 'vieja guardia' de la medular de los blancos sigue tocando buen rock 'n roll.