Acudieron como una marabunta a darse de palos en las calles de Valencia. "¡Dame una porra que los voy a espabilar!", decía uno de los testigos, un espectáculo dantesco en los alrededores de Mestalla.

Botellazos y golpes que la policía intentaba frenar. Querían disuadir a todos los aficionados radicales del Ajax, pero los incidentes de la noche no fueron los únicos.

Habían tomado ya desde el mediodía Valencia, provocando diferentes altercados que agotaron la paciencia de los vecinos de la zona.

La policía escoltó y vigiló a los violentos antes del partido, pero no pudieron evitar que la liaran de nuevo tras el partido.