Una vez que los autobuses de FC Barcelona y Real Madrid, es una incógnita lo que puede pasar. A partir de ese momento, la seguridad dependerá únicamente del club azulgrana, un lugar en el que se espera que aficionados lleven balones de plástico.

Se estima que 650 millones de espectadores vean el partido, una oportunidad que los independentistas esperan para colocar sus mensajes. Miquel Buch, conseller de Interior, no ve "ningún peligro" en llevar esos balones de plástico, aunque serán los Mossos los que decidan qué entra y qué no al estadio.

Fuera del Camp Nou, los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado han estado peinando los alrededores para comprobar que no existe ningún tipo de irregularidad.