Tras la consecución de la Copa África por parte de la selección argelina, se vieron dos caras opuestas en las celebraciones. Mientras que en Argel, miles de aficionados se echaban a la calle para celebrar el título con sus jugadores, en Francia se vivían momentos de pánico y diversas escenas de vandalismo.

El fútbol sirvió de nexo de unión para que un país entero aparcase los múltiples problemas políticos que se están dando en Argelia para celebrar el logro de la Copa África.