El Real Madrid volverá a verse las caras con el Liverpool de Jürgen Klopp tres años después de la final de Kiev, marcada por la lesión de Mohamed Salah el comienzo del encuentro y por un espectacular golazo de Gareth Bale de chilena.

El devenir del sorteo le ha arrojado al lado 'fácil' del cuadro, evitando a Bayern de Múnich, París Saint Germain y Manchester City.

En caso de pasar ante el conjunto 'red', los del Zinedine Zidane se verían las caras contra el vencedor de la eliminatoria entre Oporto y Chelsea antes de la gran final.

Sin embargo, el aparente camino de rosas tiene muchas espinas a su paso, ya que entre los dos partidos frente al Liverpool el Real Madrid deberá enfrentarse al FC Barcelona en un Clásico que se antoja trascendental para el devenir de LaLiga.

Si el cuadro británico puede viajar a España para jugar en el Alfredo Di Stéfano el martes 6 de abril (por el momento no pueden hasta el 30 de marzo), los blancos volverán a jugar de local el sábado 10 frente al equipo de Ronald Koeman, pero con la mitad de la mente puesta en la vuelta en Anfield el miércoles 14.

Se presenta una semana más que difícil para el conjunto merengue, de la que podrá salir como un firme candidato a alzar la Champions y la LaLiga, o de la que puede acabar defenestrado de ambas competiciones, algo similar a lo que ocurrió en 2019 con el Madrid de Solari.