Tardó sólo dos minutos. Este Liverpool, cuando pone el modo apisonadora, es muy difícil detenerle. Lo hizo ante el Villarreal en el inicio de la segunda mitad, después de que los amarillos resistieran con compostura, apenas sufriendo llegadas de demasiado peligro.

En un centro desviado de Henderson el Liverpool hizo el primero. El segundo fue de Mané casi en la siguiente jugada. 2-0 y el Villarreal deberá ser valiente en la Cerámica si quiere poner en aprietos a los de Jurgen Klopp, muy favoritos en esta Champions.

Era de esperar que en Anfield, ante su público, el Liverpool sometiera al Villarreal y saliera de inicio con el cuchillo entre los dientes. Fue así, pero ese arreón inicial no duró demasiado. No hubo acoso, ni mucho menos, en esa primera mitad. Sólo una ocasión clara para el cuadro de Klopp.

Fue de Thiago Alcántara con un disparo muy lejano. Una muestra de lo que fueron esos minutos. Un Villarreal bien replegado, que no dejaba espacios. Sólo Mané y Salah encontraron algún hueco, pero Rulli siempre estaba bien colocado. Aplaudía Emery en la banda con cada acción defensiva de los suyos.

El ataque era otra cosa. Los amarillos no pudieron probar a Alisson ni una sola vez. Su plan era la velocidad a la contra, pero no dispuso de ninguna en el acto inicial. Ni Danjuma ni Lo Celso ni Chukwueze. El Liverpool era quien dominaba y cortaba cada intento de contra.

En la segunda parte llegó el huracán. Esta vez el Liverpool llegó... y finalizó. Estupiñán desvió un centro de Henderson, la pelota se envenenó y acabó colándose en la portería de Rulli. Y un minuto después el portero del Villarreal volvió a sacar la pelota de su portería.

Fue Mané el autor del gol. Le llegó la pelota en el área y metiendo la puntera hizo el segundo. El Liverpool se desmelenaba y tomaba una ventaja muy importante en la eliminatoria.