Lionel Messi mantiene su pulso al Barcelona. El argentino, que ya avisó de que no iría a las pruebas PCR, ha cumplido con su palabra y no ha acudido a hacerse los test que todos los jugadores con contrato en vigor han de pasar para poder entrenarse.

El 10 estaba citado a eso de las 10:15... pero no ha dado señales de vida en la Ciutat Esportiva, con lo que sigue con la idea clara de salir del club y abre un nuevo camino en esta 'guerra' que mantiene con el Barcelona.

Luis Suárez, su gran amigo en el Barça y uno de los descartes de Ronald Koeman, sí acudió a eso de las 10:00 a pasar las PCR.

Ya parece que, tras esto, la única salida que le queda a Messi es irse del Barcelona. Es el final al que podría conducir un camino que se inició con el envío de un burofax y que ha llegado, ahora, a su punto de máxima tensión tras no presentarse a los test junto con el resto de la plantilla.

Ahora, el club tiene en su mano sancionar al argentino. De momento, una ausencia es 'tan solo' una falta leve según el código disciplinario, pero si su actitud se mantiene en el tiempo podría ser suspendido de empleo y sueldo. De hecho, podrían hasta despedirle.

Sin duda alguna, el que Lionel Messi se haya declarado oficialmente en rebeldía es el capítulo más importante de lo que llevamos de historia.

Desde el burofax al mensaje de Bartomeu, pasando por el silencio de Messi al despido de los abogados del Barça por asesorarle, siempre existía la credibilidad de que seguiría en la dinámica de grupo hasta encontrar salida del club. Pero no, no ha sido así.

Y mientras, Pep Guardiola está en Barcelona disfrutando de unos días de vacaciones. El Manchester City es el club que más opciones tiene de hacerse con los servicios de un Messi que, ahora sí que sí, parece claro que quiere marcharse del Barça, esté o no esté Bartomeu.