Fue el día en el que Lamine Yamal y Nico Williams se reencontraron, los dos héroes españoles de la Eurocopa. El culebrón veraniego dejó a Nico en el Athletic y no en un Barça que todavía no ha podido inscribir a Dani Olmo. Fue Robert Lewandowski el que volvió decidió el partido. Parece haber renacido ese goleador letal del Bayern de Múnich.
No tardó demasiado Lamine Yamal en echarse el Barça a las espaldas. A la primera que recibió en la frontal, se colocó la pelota en su zurda y golpeó al palo largo. El toque de Lekue evitó que Padilla alcanzara la pelota. Era el estreno goleador del adolescente azulgrana.
Un primer acto igualado, con Nico Williams avisando en las transiciones. Y un taconazo suyo provocó el penalti de Cubarsí sobre Berenguer. El colegiado lo señaló después de consultar el monitor. No falló Sancet.
Por el camino, Lewandowski se encontró con el palo y a Raphinha le rechazaron un disparo directo a portería. Y al regresar de vestuarios se volvió a chocar contra el poste en un cabezazo. Se le atragantaba el gol al ariete polaco, que ya mojó en la primera jornada en Mestalla con un doblete.
El cuadro de Hansi Flick achuchó en la segunda mitad. Mucho más metido en campo contrario. El Athletic no encontraba a los Williams a la carrera.
Y Lewandowski, después de sus dos palos, aprovechó un mal despeje de Padilla para rematar al cuadro de Bilbao. Su aparición de toda la vida. De primeras en el área. El tercero para él en LaLiga. Un inicio brillante.