Caos y violencia. Así se puede resumir el fin de fiesta en Argentina, muchas horas después de que los jugadores sobrevolaran en helicóptero a los aficionados que celebraban en la Plaza del Obelisco.
Los antidisturbios desalojaron el monumento del Obelisco, que horas antes había sido asaltado por decenas de aficionados.
Enfrentamiento entre aficionados y policías. Lanzando objetos a las fuerzas de seguridad y hasta con una quincena de detenidos en la Plaza del Obelisco.
Una celebración que se vio empañada por actitudes temerarias, provocando más de 30 heridos y al menos dos fallecidos. Algunos aficionados festejaban incluso con una pistola y otros aprovechaban el descontrol para asaltar bancos.
Una actitud vergonzosa que empañó la celebración mundialista de Argentina.