Dragisa Kosnic es el ejemplo perfecto de que cuidarse es fundamental para practicar deporte a cualquier edad. Él, con 66 años, sigue jugando al fútbol como el primer día.

Lo hace en la sexta división serbia. 50 años en los terrenos de juego. Toda una vida. "Juego al fútbol porque siento una alegría inmensa", afirma Dragisa, que ejerce como centrocampista.

Organiza el juego, corrige a sus compañeros y presiona a los rivales. Como si fuera un futbolista de 20 años. Todo es posible para este veterano.

No tiene ninguna intención de colgar las botas. "No pienso dejar de jugar al fútbol por ahora", señala.

Su secreto, su genética y su alimentación: dieta 100% orgánica. Todo lo que come sale directamente del campo de su propia casa.

A sus 66 años, Dragisa sigue disfrutando del fútbol como si fuera un juvenil. Y su intención es seguir muchas más temporadas sobre los terrenos de juego.