Jose Mourinho ha comenzado el año con derrota ante el Southampton por 1-0... y con la sensación de que necesita unas clases de espionaje. El luso vio una amarilla tras ser cazado en el banquillo del equipo rival espiando las notas del entrenador de los locales.

"Merecía la tarjeta. Fui grosero, pero lo fui con un idiota. Tuve unas cuantas malas palabras con el chico", admitió Mourinho tras el partido.

La secuencia fue, sin duda, surrealista. De repente, vemos al portugués acercarse y colarse en plan James Bond en el banquillo rival. Posteriormente, se agacha para observar algo y, al final termina viendo la cartulina amarilla.

Eso le costó la que es posiblemente la tarjeta amarilla más increíble de la Premier League, de su carrera y a saber si también del mundo del fútbol para un entrenador.

Luego analizó el partido del Tottenham. "Esto es continuidad de lo del año pasado. Ha sido difícil obtener resultados fuera de casa. ¿Fichajes? Esto no se trata de comprar sino de trabajar con los jugadores en el campo", dice.