En Barcelona hay una dupla, la formada por los 'Joaos', Cancelo y Félix, que debería dar muchas alegrías a la tropa de Xavi Hernández. Y contra el Oporto demostraron que son capaces de hacer diabluras de todo tipo. Lideraron al cuadro azulgrana, que regresa dos años después a los octavos de la Champions League. Y esa clasificación hace respirar a un técnico que llegaba muy cuestionado.

Remontó el Barça el partido y aprovechó una segunda mitad con mucha más profundidad. Eso sí, tuvo que sufrir en defensa. El Oporto tuvo varias aproximaciones serias en las que pudieron meter el miedo en el cuerpo a los catalanes. Pero no fue así.

El inicio fue turbulento para el cuadro de Xavi. Con un Oporto que se gustaba por momentos. Atacando en cada jugada y haciendo protagonista a Iñaki Peña, que sacó hasta dos manos salvadoras. A Taremi le anularon un gol por fuera de juego. Y apenas unos instantes después los portugueses se pusieron por delante.

Pepé aprovechó un error defensivo para inaugurar el marcador. Viejos fantasmas sobre el Barça, que estaba contra las cuerdas en esta fase de grupos de la Copa de Europa. Fantasmas que duraron muy poco. Porque Joao Cancelo igualó el duelo con un disparo cruzado inalcanzable para Diogo Costa.

Una tormenta de ocasiones. En las dos áreas. Raphinha en un lado y Varela en el otro pudieron variar el resultado antes del descanso. También Joao Félix, errático en la definición. Quería su gol. Y por poquísimos centímetros no llegó. Disparó desde muy lejos y la pelota chocó contra el larguero.

Y al final Félix encontró su premio. A pase del otro Joao, Cancelo. Definió con el exterior al palo largo. Era la remontada del Barça en el partido. Una victoria que clasificaba al equipo de manera directa para los octavos de la Champions League. Algo que no lograban desde hacía dos años.

Volvieron a conectar los 'Joaos' en un envío maravilloso de Cancelo. Robert Lewandowski no aprovechó la oportunidad, lento en la definición en el punto de penalti. Pero no hizo falta ese tercer tanto. Porque el Barça ya tenía en el bolsillo su billete a octavos de final allá por el futuro mes de febrero.