Joao Félix no fue titular ante el Celta. El luso, que completó dos buenas actuaciones con Portugal, se quedó en el banquillo justo un día después de un mensaje 'cifrado' de Simeone en rueda de prensa. Con todo, luego salió... y dejó de nuevo claro que si hay calidad ha de estar siempre en el terreno de juego.

Salió sustituyendo a Diego Costa, lesionado en el minuto 47. Y estuvo flojo, flojísimo, hasta que en el descuento llegó su momento. Perdió algún balón en mediocampo, se le vio trotando incluso cuando quizá debió esprintar. Pero, si se paga una entrada cuando se pague por el regreso del público, se paga para ver a jugadores como a Joao.

El portugués hizo lo que quiso en el descuento. Con una inquietante madurez para su edad, buscó la esquina en esos minutos que no deben jugarse. En esos que, a veces, te cuestan una Champions League. Volvió locos a los celestes, provocó un par de faltas... y entonces llegó.

Buscó un envío de vaselina en el corazón del área, supo dónde caería la pelota en la segunda jugada y posteriormente se sacó un zurdazo extraordinario que todos veían ya dentro de la red.

Ahí fue donde acabó pero, por desgracia para él, fue después de que su disparo pegase en la madera ante un Iván Villar ya batido. Ahí llegó Carrasco para de cabeza hacer el definitivo 0-2.

Fue un destello, simplemente eso, pero fue suficiente. Se le pide más, siempre. Se le pide que haga lo que hizo ante el Granada en un espectáculo difícilmente repetible, pero a veces, además del incuestionable carácter y compromiso del Atlético, hace falta magia.

Hace falta esa 'cosa' imprevisible que es lo que desnivela la balanza a tu favor. Se vio ante el RB Leipzig, cuando tras su ingreso al campo el partido cambió a favor del Atlético. Y se ve en acciones como esta.

Calidad y talento para guardar la bola ante innumerables rivales. Rivales obligados a hacer falta. Vaselina buscando algo que tan solo los genios ven y luego leer la segunda jugada para, con un precioso interior, poner el cuero donde lo puso. Un poco más abajo y estaríamos hablando de uno de los goles de la jornada... pero el tanto de Carrasco valió lo mismo y al final, 0-2.

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