La semana pasada, Federación Internacional de Asociaciones de Futbolistas Profesionales (FIFPRO) sembró el germen del enfado en el mundo del deporte después de que comunicara que Irán había condenado a muerte al futbolista Amir Nasr Azadani.
"FIFPRO está conmocionada y asqueada por las informaciones de que el futbolista profesional Amir Nasr-Azadani se enfrenta a la ejecución en Irán después de hacer campaña por los derechos de las mujeres y las libertades básicas en su país. Nos solidarizamos con Amir y pedimos la eliminación inmediata de su castigo", reza su comunicado.
El mundo del deporte en general y del fútbol en concreto ha mostrado su repulsa contra la decisión y, una semana después, el Gobierno de Irán ha informado de que la noticia "es mentira".
"El juicio todavía no se ha llevado a cabo. Por lo tanto, la noticia de pena de muerte es pura mentira", ha afirmado la embajada de Irán en Colombia después de que el presidente colombiano, Gustavo Petro, pidiese al país que no ejecutaran al futbolista.
A Amir Nasr Azadani se le acusa de presuntamente pertenecer a un grupo armado que habría matado a tres agentes de Policía y agentes de seguridad con armas automáticas.
Es el quinto acusado por un un delito llamado 'moharebeh', que significa 'enemistad con Dios', por lo que una vez se celebre el juicio, la ejecución en la horca sería su final si la situación no se revierte.