Sigue la investigación del accidente en el que José Antonio Reyes perdió la vida. Según informa en exclusiva 'Espejo Público', la clave no está en la velocidad para los investigadores, sino en el estado de la llanta que reventó.

La llanta del Mercedes Bravus era muy grande y la goma del neumático muy fina, algo habitual en los coches deportivos. Una ligera grieta o un pequeño desperfecto podría haber originado un reventón en la goma.

El primo del jugador llevó el coche a un taller, donde le cambiaron las llantas. El dueño de ese taller avisó que el estado de una de las llantas era defectuoso, momento clave para la Guardia Civil, que investiga si esa rueda pudo ser reparada de manera defectuosa o si los materiales de la misma eran de mala calidad.

Actualmente, este taller está siendo investigado siguiendo esta línea como posible causante de este accidente.

Esto cambiaría las primeras hipótesis que señalaban al exceso de velocidad de José Antonio Reyes como motivo principal del accidente, colocando el foco en una posible negligencia del taller.

Habla el dueño del taller sobre la revisión que se hizo a la llanta

En el programa 'Espejo Público' han hablado con el dueño del taller que cambió las llantas al coche del jugador, que explica lo que ocurrió durante esos días.

"Estuvo viendo los neumáticos, le estuve haciendo la revisión de una llanta que perdía aire. Le dije 'usted no puede andar' y el cliente ya tiene la última palabra", explica.

"Él venía a ver la presión de las ruedas cuando se iba de viaje. Se le avisó de que tenía la llanta rajada, y dijo: 'Ya iremos a Sevilla a arreglarla'", comenta el dueño del taller.

Reyes no iba a 237 kilómetros por hora

El exjugador de Sevilla, Atlético de Madrid, Real Madrid o Arsenal, entre otros equipos, falleció el pasado 1 de junio junto a su primo, Jonathan Reyes. Su otro primo, Juan Manuel Calderón, sobrevivió al fatídico accidente.

Su muerte conmocionó al mundo del fútbol. Un reciente informe de la Guardia Civil arrojó más detalles sobre el accidente, desvelando que el jugador no iba a 237 kilómetros por hora, sino a una velocidad menor.

Ningún radar captó al coche de Reyes circulando a una velocidad superior a la permitida.