El mismo día que Manuel Neuer, portero y capitán de la selección alemana de fútbol, portaba un brazalete arcoíris en solidaridad con el colectivo (acto por el que la UEFA le ha abierto una investigación), en el otro partido del Grupo F, el Hungría-Francia, se producía un vergonzoso episodio racista.
Tal y como reporta un periodista de la agencia alemana de noticias 'DPA', en el Puskás Arena de Budapest se profirieron insultos y burlas a algunos jugadores del plantel galo, entre los que se encontraban Kylian Mbappé y Karim Benzema.
Con más de 55.000 espectadores en las gradas, la mayoría húngaros, se escucharon sonidos de mono cuando Mbappé tocaba la pelota e insultos racistas a algunos jugadores como Benzema, que cuenta con raíces argelinas.
La UEFA ha anunciado que investigará un caso que ya se ha repetido en otras ocasiones en el seno de la afición húngara.
De hecho, su reacción parece ser el reflejo de lo que se vive en el país. El martes pasado, el parlamento húngaro aprobó una ley refrendada por el primer ministro conservador ultraderechista Viktor Orban que restringe los derechos de información con respecto a la homosexualidad y la transexualidad para los jóvenes.