Su nombre es Julio Fouquet y a sus 68 años sufre párkinson desde hace diez. Pero eso no le impide acudir a ver al equipo de fútbol de su vida: Rosario Central.
Él ha sido el que ha pedido a sus hijas que le lleven cada partido. Algo que de primeras no les convencía, pero cuya reacción en la cancha les ha terminado por animar. Porque Julio disfruta como un niño en la grada animando a los suyos.
"Llévame a la cancha, yo con Central soy feliz", ese fue el mensaje que Julio le mandó a Gisela, su hija. Y así fue. Sus vídeos son un auténtico fenómeno en las redes sociales.
"Ver lo que le genera el fútbol, lo que genera Central... subir escaleras, estar a 40 grados... son comportamientos que a él le cuestan mucho pero cuando sale el equipo es un chico de 20 años. Eufórico", cuenta.
"Es mágico", sentencia. Y así. Julio se olvida de todos sus problemas en el campo. Saltando, cantando e incluso subiéndose a su asiento para apoyar al equipo de su vida.