Tras descubrir que Javier Enríquez Romero y su padre, José María Enríquez Negreira, habían estado cobrando altas cantidades de dinero del FC Barcelona por actividades aparentemente ficticias, la Agencia Tributaria tomó partido en el caso en 2019.
A través de 'Soccercam SL', empresa del hijo del exnúmero 2 de los árbitros, Romero presentó gastos de 100.000 euros que llegaron a alcanzar los 297.085 euros entre junio de 2016 y octubre de 2018.
En su declaración ante Hacienda, el hijo de Negreira afirmó que estaba en la nómina culé por "acompañar prácticamente cada semana" a los árbitros que pitaban al Barça al Camp Nou.
Así lo explica en el expediente de la inspección que la Agencia Tributaria abrió al exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros y a su hijo en 2019, tal y como publica 'El Confidencial'.
De hecho, se deducía el importe de la compra y mantenimiento de un coche ya que "dicho vehículo sirve para acompañar prácticamente cada semana a un equipo arbitral durante su estancia en Barcelona (aeropuerto, hotel, campo...)".
Con gastos de 96.604,49 euros llegó a pagar "comidas, alquiler de vehículos, desplazamientos en medios de transporte público y gastos de representación", por lo que indirectamente los árbitros sí se beneficiaban del dinero culé.
Mientras Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu están acusados de un delito de corrupción entre particulares, LaLiga ha pedido la imputación del hijo de Negreira tras las últimas acusaciones de Joan Laporta.
Enríquez Romero comenzó a tener relación el FC Barcelona de Rosell en 2013 y en 2015 arrancó con la labor de hacer unos informes en forma de "estudios, hábitos, costumbres, gustos y aspecto social" de los colegiados "para indicarle al club cómo puede atender mejor al árbitro".