Un doblete del argentino Gonzalo Higuaín permitió a la Juventus Turín impedir la remontada de un Nápoles valiente y metió al club turinés en la final de la Copa Italia, en la que se enfrentará al Lazio, que eliminó al Roma.
La Juventus, rival del Barcelona en la Champions League, se había adelantado en dos ocasiones, gracias a los goles del exnapolitano Higuaín, pero los "azzurri" nunca dejaron de luchar y remontaron hasta el 3-2, en virtud de las dianas del eslovaco Marek Hamsik, el belga Dries Mertens y Lorenzo Insigne.
El "Pipita", que volvía a jugar en el San Paolo napolitano cuatro días después del partido empatado a uno en la Serie A (Primera División), fue silbado duramente por sus exaficionados pero contestó con dos goles fundamentales para sellar el pase a la final.
Los turineses disputarán el próximo 2 de junio en el estadio Olímpico su tercera final de Copa consecutiva, en la que defenderán sus últimos dos títulos contra el Lazio. Tanto el Nápoles como el Juventus salieron con unas alineaciones con muchos cambios con respecto a cuando se midieron en la Serie A el pasado domingo, y realizaron seis y ocho rotaciones, respectivamente.
En el Nápoles volvió a la titularidad el portero español Pepe Reina, con el polaco Arkadiusz Milik que salió desde el comienzo en la delantera; en el Juventus, el argentino Paulo Dybala y el colombiano Juan Guillermo Cuadrado acompañaron al "Pipita" en el tridente.
Los napolitanos, que necesitaban remontar dos goles, salieron con agresividad y tuvieron una gran ocasión para adelantarse en el minuto 11, pero el español José Callejón chocó contra el portero en el intento de rematar un centro raso al suelo desde la banda derecha.
La Juventus se salvó de esa oportunidad gracias una gran para del brasileño Norberto Neto y, tras un grave fallo del venezolano Tomás Rincón, que golpeó alto desde buena posición, se adelantó merced al gol del jugador más esperado: el "Pipita" Higuaín.
El argentino, que fue silbado duramente por los napolitanos, recibió un balón en vertical de Stefano Sturaro, se dio la vuelta y disparó con la pierna derecha desde los 25 metros sorprendiendo a Reina en el primer poste. Como muestra de respeto por su antigua afición, Higuaín no lo celebró, pero indicó de forma polémica la zona de la grada de honor en la que se sienta el presidente del Nápoles, Aurelio De Laurentiis, con el que rompió su relación tras su fichaje por la Juventus.
Esa diana obligaba el Nápoles a marcar tres goles para forzar la prórroga, pero el conjunto del técnico Maurizio Sarri reaccionó con rabia y, tras crear tres buenas ocasiones al principio de la reanudación, logró igualar el partido gracias a Hamsik.
De allí, el duelo regaló unas grandes emociones concentradas en apenas ocho minutos: en el 59, Higuaín silenció San Paolo con su doblete personal, que suponía el 2-1 a favor de la Juventus, pero el Nápoles nunca dejó de creer.
En el 61, Mertens, que acababa de saltar al campo, aprovechó un fallo garrafal de Neto para marcar el 2-2 mientras que, en el 67, Lorenzo Insigne desató la locura en el coliseo napolitano con el gol de 3-2, marcado con un derechazo ajustado al poste a pase de Callejón.
La fase final del duelo estuvo muy intensa, con el Nápoles que necesitaba dos goles más para clasificarse y la Juventus que subía su cobertura defensiva con la entrada del internacional italiano Andrea Barzagli, en sustitución de Dybala.
El conjunto napolitano, que ya no tenía nada que perder, dio paso también al delantero centro Leonardo Pavoletti y terminó el choque con cuatro futbolistas de evidentes características ofensivas.
La última ocasión fue precisamente para el nueve italiano, que lo intentó con un derechazo que se fue alto. Esa fue la última ocasión de un partido espectacular, que terminó sonriendo a la Juventus gracias al determinante doblete del exjugador del Nápoles Higuaín.