Al igual que ocurrió este martes en el Camp Nou con Kylian Mbappé, Erling Haaland emergió sobre el resto de futbolistas en el verde del estadio Ramón Sánchez Pizjuán para dejar a su equipo, el Borussia Dortmund, muy cerca de los cuartos de final de la Champions League.
El noruego es potencia, velocidad y remate. Y ha dado buena cuenta de ello en su primera visita a España. Frente a una de las mejores parejas de centrales del viejo continente, Jules Koundé y Diego Carlos, que enlazaban siete partidos sin encajar gol, el exfutbolista del Red Bull Salzburg se ha hecho gigante.
En primera instancia, cuando apenas se habían consumido siete minutos, Suso adelantó al Sevilla FC tras una gran jugada y un tanto de fortuna, pero el gol pareció despertar la voracidad del Dortmund, que comenzó con arremetidas continuadas en botas de Haaland, Sancho y Reus.
Con las tablas en el luminoso tras un derechazo académico de Dahoud al fondo de la red de Bono, empezó el show de Haaland. Después recoger un balón en el centro del campo, y ante la pasividad de Diego Carlos, el noruego enlazó con Sancho una pared de ensueño en la media luna sevillista para que el punta se adelantara a la salida del meta hispalense.
Al filo del descanso, en un nuevo balón recuperado en campo rival, Reus asistió a Haaland para que Erling, tras acomodar el cuerpo como esos '9' de antaño, clavara el esférico al palo largo de Bono.
En el segundo acto, con 1-3 en el luminoso, Lopetegui trató de dar con la tecla modificando el sistema y dando un cambio de aires en el ataque. La insistencia de los de Nervión se topó contra un rocoso Dortmund, que cerró filas en campo propio y buscó sin éxito cerrar la eliminatoria.
A falta de poco más de cinco minutos para el final, el empeño sevillista tuvo su recompensa. En una jugada de pizarra con la firma de Óscar Rodríguez, De Jong mandó el balón a guardar para dar una 'vida extra' al cuadro andaluz en la Champions.
El 9 de marzo en el Signal Induna Park tendrá lugar la segunda parte de la contienda, con Erling Haaland de nuevo en todos los focos. En tan solo 13 partidos disputados en la máxima competición de clubes a nivel continental, el noruego ha convertido 18 goles. Al igual que en el caso de Mbappé, es una auténtica barbaridad.