Habían sido 35 minutos de asedio. De auténtico asedio. Solo un equipo sobre el campo, el Sevilla. El Borussia Dortmund, encerrado en su área, solo tenía a Erling Haaland en campo contrario. Suficiente.
Porque en la primera que tuvo el delantero noruega no falló. Ya son nueve goles en esta edición de la Champions League. Casi nada. No hay duda, es el delantero de moda.
El tanto llegó en un error en cadena de Koundé y Suso. Marco Reus recuperó la pelota y puso el centro al primer palo. Allí ya sabía quién le esperaba. El que siempre está.
El '9' no necesita mucho para convertirse en el protagonista del partido. Su olfato de gol es total. De esos delanteros que solo necesitan un pase al área para saborear el fondo de la portería.
Hasta entonces el Sevilla había acosado la portería del Dortmund, pero sin acierto. Haaland juega de amarilla y no de blanco. Eso marcó la diferencia.
Revisión y penalti
A los cinco minutos de comenzar la segunda mitad ocurrió algo muy curioso. Haaland marcó tras un empujón muy claro a Fernando en el área. El colegiado fue a revisarlo en el VAR... y acabó señalando un penalti anterior. El gol de Haaland, eso sí no subió al marcador.
El noruego erró la pena máxima... y el árbitro decidió que se tenía que repetir. Bono se había adelantado. Esta vez no falló. Doblete para el delantero y eliminatoria sentenciada. O eso parecía.
En-Nesyri anotó el 2-1 también desde el punto de penalti y empató el encuentro a un minuto de la conclusión. El Sevilla estaba a un gol de la prórroga, pero se quedó sin tiempo. El equipo de Lopetegui mereció más, pero se encontró de frente con una bestia del gol llamado Erling Haaland.