Antoine Griezmann ya es, de todas todas, uno más en el Atlético. Antes también lo era, más o menos, pues la cláusula que tenían los rojiblancos con el Barça exigía el pago de 40 millones si jugaba más de 45 minutos en la mitad de duelos en los que el galo estuviese disponible. Ahora, con todo parece ser que arreglado, el galo ya disfruta en el Metropolitano.
Y el Metropolitano también disfruta con él. Lo hace, además, desde el primer minuto. No desde el 60, o el 63, sino desde el primero. Ante el Girona, el francés fue la brújula de un Atleti que le necesitaba para jugar. Para mejorar cada jugada. Porque cada balón que pasaba por sus botas significa o bien ver o bien poder ver algo diferente.
No tardó mucho en realizar el primer truco. El gran truco. Uno que puso en pie a un estadio que ya tiene por completo olvidado todo lo sucedido en 2019. Reinildo recuperó el cuero, cuerpeó, se la llevó y se la pasó a Griezmann. Él ya tenía claro lo que iba a hacer.
Pase de magia para el 1-0
Antoine hizo una pisadita para ponérsela donde quería. En la frontal izquierda del ataque rojiblanco, al borde del área grande. Desde ahí vio a Correa entrar por la derecha. Con suavidad, se la puso perfecta para que Ángel rematase a gol ante Juan Carlos.
Con total libertad de movimientos jugó Griezmann. Ofreciéndose a todos, dando salida, buscando juego y poniendo pausa. Jugando con izquierda o con derecha, el francés es de los que saben. De esos que tienen talento. Y eso es lo que necesita, y mucho, el Atleti.
Pero también tiene más. Tiene garra. Tiene brega. Y corre. Corre para atacar y para defender. No pocos balones recuperó en defensa, y eso es lo que tanto le gusta a Simeone en sus pupilos.
Al Metropolitano le gusta Griezmann. Le vuelve a gustar Griezmann. Tras ese tibio comienzo en el regreso tras su marcha al Barça, por todo lo que rodeo a su adiós, el francés tiene de nuevo a la parroquia rojiblanca enganchada a su fútbol. Y eso lo agradece el Atlético.
Al final, Oblak salvó los tres puntos
También agradecen los tres puntos, pero lo que no se agradece tanto es el sufrimiento. Correa puso el 2-0, pero Simeone, a falta de 30 minutos, sacó del campo a Griezmann, a Cunha y a Carrasco y el Atleti fue para abajo. Riquelme puso el 2-1, y los gerundenses tuvieron hasta un lanzamiento al palo para terminar encontrándose con un salvador Oblak.