Los Mundiales traen historias y héroes inesperados. Uno de ellos es Mitchell Duke, jugador del Fagiano Okayama de la segunda división japonesa que anotó el gol de la victoria de Australia ante Túnez, en la primera victoria de los 'Socceroos' desde 2010.

La selección australiana se quedó huérfana de delantero tras la retirada de Tim Cahill y muchos pasaron por la punta del ataque en Australia. Ninguno se acabó de asentar y para Graham Arnold, seleccionador australiano, su hombre de referencia se encontraba en Japón.

Allí se encontraba Mitchell Duke, un trotamundos del fútbol. El delantero, tras salir de la cantera del Central Coast Mariners de su Australia natal, probó suerte en Japón una primera vez, alternó experiencias entre Australia y Arabia Saudí y acabó siendo fichado por el Fagiano Okayama de la segunda división japonesa.

En Japón, el jugador de 31 años tampoco estaba rindiendo a un excepcional nivel. Con 36 partidos jugados, solo anotó 8 goles, insuficientes para poder subir a la primera división del país asiático.

Pese a sus números, Arnold confió en él y lo puso como punta titular ante Francia en el primer partido de la fase de grupos. Dado el rival de gran entidad, su participación en el juego fue escasa, pero su momento acabó llegando. En el duelo clave de la segunda jornada, ante Túnez, Duke anotó de cabeza el único tanto del encuentro dando la tercera victoria de la historia de Australia en el Mundial, la primera desde hace doce años, cuando ganaron a Serbia en Sudáfrica 2010.

Y así, Mitchell Duke se convirtió en el héroe de un país de 26 millones de habitantes. De la segunda división de Japón a marcar el gol más importante de la historia reciente de los 'Socceroos'.