Semana intensa la que ha vivido Gerard Piqué con mucho viaje entre Barcelona y Madrid en sus piernas y en su cabeza. El central acaparó muchas miradas en Butarque, donde no cuajó ni mucho menos una de sus mejores actuaciones. Fue pitado, pero él ya está acostumbrado, así que el motivo bien puede ser esa Copa Davis que tan ocupado le ha tenido estos días.
Porque al central se le vio desubicado en su labor defensiva, aunque bien pudo anotar el 1-1 con una acción a balón parado. En su trabajo, flojo, falto de contundencia y a veces hasta dubitativo. Se vio claramente en el 1-0 de En-Nesyri. Fue un golazo, pero a saber qué habría pasado si el catalán hubiese tapado mejor su disparo.
Ni le encimó, a pesar de que Umtiti ya estaba completamente superado. Piqué se vio cara a cara con el punta pepinero, pero le dejó demasiado espacio para maniobrar y perfilarse a su zurda, y así poner el balón en las mallas de Ter Stegen.
No fue la única, pues en una acción de Óscar despejó francamente mal y casi llega el 2-0. Además se comió otro uno contra uno que se fue finalmente por muy poco... y es que no fue el mejor partido de Piqué con el Barça.
¿Dónde está Griezmann?
Del equipo en sí tampoco, pues la primera parte fue un completo desastre que de nuevo volvió a dejar en evidencia a Antoine Griezmann. El francés no está, o no sabe dónde tiene que estar, pero está tan desubicado que es como jugar con uno menos.
Remontaron en el segundo acto, pero no fue ni mucho menos en una demostración de fluidez o de fútbol de toque y espectáculo. Fue el balón parado el que propició los tantos de Luis Suárez y de un Arturo Vidal que salió por Griezmann y que lleva este curso los mismos goles que Antoine.
Sufriendo, y mucho, el Barcelona ante el colista en Butarque. Salvado por el balón parado y con muchísimos deberes por delante justo el fin de semana de antes de visitar el Metropolitano para jugar contra el Atlético... y lo harán sin el sancionado Sergio Busquets.