Dicen que lo importante es cómo se acaba, pero si se empieza como David Alaba ante el Almería la verdad es que todo se ve de una forma más luminosa. Porque el austríaco, en el primer balón que tocó en el partido que el Real Madrid jugó ante los andaluces, enchufó un golazo que sirvió para rescatar a los madridistas de un encuentro trampa.

De un encuentro que se complicó en el minuto 6 con un gol de Ramazani en una jugada rápida para batir a Courtois. Pero nada que no se pudiera arreglar para los de Ancelotti. Para un equipo acostumbrado a remontar y a saber que la victoria siempre está al alcance.

Primero fue Lucas Vázquez, que anotó en el segundo acto después de una gran acción individual de Vinicius. Luego le tocó a Alaba.

A Don David Alaba. Lleva poco más de un año en el Real Madrid, pero vaya si se ha hecho ya con galones con la elástica de la entidad del Bernabéu. Entró al verde en la pausa por una falta cometida sobre Modric y fue directo al lugar donde había que colocar el balón. Sí, nada más entrar ya se 'pidió' la falta.

Miró al arco. Miró al cuero. La barrera, nutrida y con el ya típico jugador tumbado por si acaso. Carrerita. Zurdazo con efecto... y golazo por toda la escuadra para batir así a Fernando.

Era la primera vez que entraba en contacto con el balón. Y fue el contacto que el Real Madrid necesitaba para conseguir los tres primeros puntos en LaLiga. Para lograr la victoria en su debut en la presente temporada 2022-23, en la que defiende título.

El gol, directo a los mejores de la primera jornada con el anotado por Baena para el Villarreal.

Alaba, la definición perfecta de salir y besar el santo.