En tiempos donde la extrema derecha tiene sitio en según qué parlamentos y donde los radicales de los equipos de fútbol no dejan de manchar el deporte, es difícil imaginar que un gesto tan sencillo pueda ser tan contrario y pueda poner en jaque a todas estas ideas.

El fútbol, el deporte del capital, los sueldos millonarios y las entradas sobrevaloradas, ha visto en Brasil como un aficionado de 67 años, ajeno al entretenimiento del pueblo, acudió al estadio de Palmeiras y saltándose la religión que allí implica animar al equipo hasta el último minuto, decidió leer a Karl Marx en mitad del partido ante Flamengo, el campeón de Sudamérica.

Edilson, que así se llama el aficionado, fue expulsado ante el malestar de los simpatizantes del conjunto 'verdao' que no entendían cómo alguien podía estar leyendo un libro en vez de viendo un partido de fútbol. Por lo que el encuentro siguió en el Allianz Parque, pero ya sin alguien que en vez de animar al equipo de Jair Bolsonaro, prefirió leer "Ciencia y Revolución".