Robinho no va a tener un sueldo que le dé para muchos lujos en su regreso al Santos. El mítico jugador brasileño regresa a casa al menos hasta febrero y cobrará un poco más del salario mínimo que hay en Brasil.

En términos monetarios, el futbolista recibirá mes a mes unos 1.500 reales, que al cambio en euros vienen siendo unos 230.

Esto, aquí, no le daría ni para llegar al día 10, y a saber si al 5, del mes en curso. Y está alejado, sin duda, de los astronómicos salarios que ha cobrado a lo largo de su carrera.

Ahorros tiene, sin duda, y su fichaje por el Santos va encaminado sobre todo a ayudar a su club, el que le dio a conocer al mundo, en un momento en que los brasileños atraviesan graves problemas económicos.

Además, están a la espera de recibir una sanción por parte de la FIFA que le impedirá fichar nuevos futbolistas. El motivo, deudas no saldadas con el Huachipato de Chile por el fichaje de Soteldo y con el Atlético Nacional de Colombia por la llegada de Felipe Aguilar.

Robinho era una de las grandes promesas del fútbol de Brasil. La eterna comparación con Pelé, quien también jugó en el Santos, no le ayudó demasiado en una carrera que, a sus 36 años y echando la vista hacia atrás, le ha llevado a lugares tan 'pintorescos' como Turquía y China.

Tras destacar en un equipo en el que Diego Ribas era su gran socio, Robinho firmó por el Real Madrid en 2005. Tres años más tarde, en un verano en el que insistió para irse al Chelsea, acabó en el Manchester City, el nuevo rico de la Premier League por aquel entonces, y en una serie de viajes que parecían no tener fin.

Milan, Guangzhou, Basaksehir... y, ahora, 15 años después de marcharse por primera vez, de nuevo al Santos.