El 21 de enero de 2019, el vuelo en el que viajaba Emiliano Sala desde Nantes a Cardiff se estrelló a 22 millas náuticas al noroeste de Guernsey, en pleno Canal de la Mancha. Tras 15 días de intensa búsqueda, se localizó el avión en las profundidades del mar... y casi dos años después ya hay un culpable de los hechos.

El piloto David Henderson, de 67 años, ha asumido la culpa del fatal accidente y el Tribunal de la Corona de Cardiff, que juzga el caso, apunta que que todo tiene su origen en el "interés económico" del británico.

Al parecer, Henderson organizó un vuelo sin autorización previo pago de 17 millones de euros, pero encargó la tarea a su compañero David Ibbotson, que fue el encargado de pilotar la aeronave mientras David se fue de vacaciones con su mujer a París desde la noche del 18 al 20 de enero.

El plan era volar desde Cardiff a Nantes el 19 de enero y regresar a la capital de Gales el 21 de enero después de que Emiliano Sala recogiese sus pertenencias y se despidiese de sus allegados en Francia.

"La aeronave no estaba autorizada para ello y al utilizar un tripulante que no estaba cualificado ni era competente", ha señalado el abogado de la acusación, Martin Goudi.

"Estos vuelos no fueron operados ni organizados por el amor del señor Henderson hacia el señor Sala o hacia el Cardiff Football City Club. Se organizaron por interés económico, iba a recibir una buena cantidad de dinero a cambio de organizar y operar estos vuelos", ha explicado.

"Como resultado, se organizó todo para que David Ibbotson pilotara los vuelos. El señor Ibbotson no tenía una licencia de piloto comercial, su calificación para el tipo de avión N264DB había expirado en noviembre de 2018 y no era competente para volar con el clima con el que el señor Henderson sabía que podrían encontrarse los vuelos", ha añadido.

El conversaciones destapadas durante el juicio, se ha conocido el plan que tramaron Henderson e Ibbotson: "Ambos tenemos la oportunidad de ganar dinero con el modelo de negocio, pero no si molestamos a los clientes o llamamos la atención de la CAA (La Autoridad de la Aviación Civil)".

Intereses económicos, ausencia de licencias y negligencias a destajo desembocaron en el triste fallecimiento del jugador argentino con tan solo 28 años. Ahora, Henderson deberá pagar por lo ocurrido.